Cuando yo era pequeña, mi sueño era viajar. Amo los aviones y entonces siempre jugaba a ser Azafata. Cuando crecí descubrí que mi vocación era la música y a mis 18 años empecé mi primer “gran viaje”; mudarme lejos de mi familia a más de 3000 km para continuar mi carrera e independizarme. Gracias a Mary Kay, conseguí mantenerme sola, pagar mis estudios en la facultad y además empecé a descubrirme en un rol de servicio muy gratificante. El traje de Directora que a mis 21 años empecé a usar, me hacía acordar mucho a los uniformes de las aerolíneas aéreas; y ahora a mis 30, con grandes metas cumplidas, luego de haber viajado por muchos lugares del mundo donde me tocó llevar mi arte, (gracias a los ingresos que generé), puedo decir que soy Piloto de mi propio destino, vuelo alto y en el camino estoy al servicio de las personas, guiándolas para cumplir sus propios sueños.

Gracias Mary Kay por enseñarme que “Cuando Piensas en Grande, Logras Cosas Grandes."